Sumario
- Un alto funcionario del Departamento de Estado afirmó que la política de EE. UU. hacia Cuba se basa en dos pilares: apoyo al pueblo cubano y presión sobre el régimen.
- Washington descarta negociar con La Habana, dijo y calificó al régimen cubano como colapsado y enfocado únicamente en mantener el control político.
Un alto funcionario del Departamento de Estado aseguró este viernes a Martí Noticias que la política de Estados Unidos hacia Cuba se sostiene en dos pilares: apoyo directo al pueblo cubano y presión sobre el aparato represivo del régimen. Washington, insistió, no contempla ningún tipo de negociación con La Habana.
“Cuba es un régimen colapsado, dirigido por ancianos cuya única prioridad es mantener el control político y material. No tienen un plan ni una idea para sacar adelante al país. El verdadero problema de Cuba no es su relación con Estados Unidos, sino las decisiones del propio régimen”, afirmó.
“La isla está gobernada por ancianos, con la economía colapsada, sin voluntad de cambiar nada por miedo a perder el control político. No hay nada con qué comprometerse porque ellos mismos no saben lo que quieren hacer. Están destruyéndose solos”, dijo.
El funcionario, una figura clave en en el diseño de la política hacia Cuba, recordó que en apenas dos años la isla perdió el 13% de su población, sobre todo jóvenes, en un éxodo sin precedentes. “La gente huye no porque exista un imán en Estados Unidos, sino porque quiere escapar de la isla a cualquier lugar del mundo”.
Asimismo, recalcó que Washington mantiene vuelos de deportación y no permitirá que La Habana use la migración como herramienta de presión. “Cada país tiene la obligación de recibir a sus ciudadanos. No hay nada que negociar. Es su deber, punto”.
El alto funcionario defendió la efectividad de las sanciones, dirigidas exclusivamente contra el aparato militar y de seguridad de la isla. “Nuestro mensaje es claro: los estadounidenses no deben hacer negocios con hoteles, bancos o empresas controladas por los militares y la seguridad del Estado. Pero cualquier transacción puede hacerse con cubanos privados genuinos. Lo que impide ese comercio es el propio régimen, no Estados Unidos”.
En sus declaraciones a nuestra redacción, calificó de “narrativa cansada” la insistencia de La Habana en culpar al llamado “bloqueo” (embargo).
“Si no tienen carros no es porque Washington les impida comprarlos. Pueden adquirir Hyundais, Kias o Volkswagens. El problema es que no tienen dinero porque su sistema socialista no produce nada. Y cuando logran un contrato con alguna empresa extranjera, no pagan sus deudas”.
“Si mañana se levantaran todas las sanciones, lo único que pasaría es que los militares robarían más dinero para esconderlo en cuentas en Suiza. Nada cambiaría en Cuba”, apuntó.
Los subsidios venezolanos permitieron a La Habana sobrevivir durante años, hasta que la propia crisis económica de Caracas arrastró a ambos países, indicó el funcionario. “La alianza entre La Habana y Maduro no es nueva. Todos saben que muchos de los guardaespaldas de Maduro son cubanos. El régimen cubano le ha ofrecido ‘apoyo político’, pero en realidad ambos están en ruinas”.
Sobre la presencia de inteligencia rusa y china en la isla, apuntó que "no es algo que nos agrade, pero tampoco cambia la realidad: un régimen sin rumbo, sin ideas y que vive de robar dinero y esconderlo en bancos suizos”.
El alto funcionario sostuvo que Estados Unidos tiene la capacidad de responder en caso de una transición democrática en Cuba, que actualmente atraviesa su peor crisis en décadas con prolongados apagones y escasez de alimentos, medicinas y productos de primera necesidad.
“Existen planes de contingencia y capacidad de respuesta. El problema es que no hay un gobierno en Cuba dispuesto a ayudar a su pueblo. Solo les interesa mantener el poder y enriquecerse”, comentó.
También denunció que la isla mantiene una de las tasas más altas de presos políticos per cápita en el mundo. “Seguiremos denunciando cada caso y presionando por su liberación, pero sin convertir la excarcelación en un negocio, como intentó Maduro con sus intercambios”.
Consultado sobre la política hacia la isla en esta segunda administración del presidente Donald Trump, aseguró: “El presidente Trump es claro y consistente: dice lo que hace y hace lo que dice. No habrá financiamiento para el régimen, sí habrá apoyo para el pueblo que busca un cambio. Esa ha sido nuestra política y seguirá siendo”, aseguró.